...Dio
media vuelta, su oscura mirada se posó en el individuo.
De dos zancadas alcanzó al jóven, lo tomó por el cuello, lo levantó de su asiento y lo azotó ruidosamente contra el suelo. Llevó su mano al pesado bolsillo, apuntó a la indefensa víctima: “¡Bang!”.
Se acomodó el saco, la corbata y el desaliñado peinado. Miró a la perpleja audiencia y dijo:
-”...Como decía: no toleraré interrupción alguna en mi clase ¿alguna duda jóvenes?”
No hubieron más preguntas.
De dos zancadas alcanzó al jóven, lo tomó por el cuello, lo levantó de su asiento y lo azotó ruidosamente contra el suelo. Llevó su mano al pesado bolsillo, apuntó a la indefensa víctima: “¡Bang!”.
Se acomodó el saco, la corbata y el desaliñado peinado. Miró a la perpleja audiencia y dijo:
-”...Como decía: no toleraré interrupción alguna en mi clase ¿alguna duda jóvenes?”
No hubieron más preguntas.